jueves, 24 de septiembre de 2015

La música del silencio | Patrick Rothfuss


Tenía muchas ganas de escribir acerca de mi opinión sobre La música del silencio. Un libro que me regalaron las pasadas navidades y que tenía muchas ganas de leer. 

He tenido sentimientos encontrados respecto a él, desde el primer día que empecé a leerlo. De hecho, lo había dejado abandonado hacía meses, aún sabiendo que quería acabármelo, y no ha sido hasta hace unas semanas que lo pillé por banda y le dije: te voy a leer, y punto.

Como bien anticipa el autor en el prólogo, no es un libro cualquiera. Nada a lo que estés acostumbrado a leer, y además citaré unas palabras textuales.

Si amas las palabras, los misterios y los secretos (…) Pues bien, entonces este libro quizá sea para ti.
He hecho especial hincapié en la palabra "palabra" porque realmente es un libro donde uno puede aprender una cantidad gigantesca de vocabulario (todavía más si tu léxico habitual es bastante sencillo, como el mío). De hecho, uno de los PROS a favor de él, es ese. Y posiblemente, algún día lo vuelva a leer de principio a fin, solo por el placer de encontrarme con nuevos términos.

Y volviendo a lo que decía de sentimientos encontrados, diré que a pesar de que no me gustaba en sí la narración de la historia, con un único personaje -Auri- sin interacción más que con ella y su propio mundo (sin diálogos), no he podido evitar sentirme identificada por su concepción y respeto hacia todo lo que la rodea. He descubierto mi yo interior del pasado, de cuando era una niña y lloraba en silencio al ver que algo se rompía, o que no se trataba como es debido. En La música del silencio, todo, absolutamente todo, tiene sentimientos. Y no solo eso, también un lugar en el mundo que lo hace perfecto. Y un orden que la da armonía.

¿Y por qué a su vez me ha decepcionado? Tal vez porque esperaba algo de continuidad con las obras anteriores del autor (el nombre del viento y el temor de un hombre sabio) aunque es cierto que el prólogo te anticipa que para nada es una continuación. Es un relato totalmente ajeno, aunque más todavía -si cabe- de comprender si no has leído los otros dos.

¿Es posible leerlo sin haber leído nada de los otros libros? Pues a pesar de que se aconseja que no, mi opinión es que SÍ, porque como ya he dicho, tiene pero no tiene que ver con la otra historia. Y si quieres leer un libro completamente fuera de lo común, éste es el tuyo.

El final todavía me ha dejado más desconcertada, o mejor dicho, desilusionada. No estaría recomendando la lectura del libro sino fuera porque después de todo aparece una nota de autor bastante larga donde Patrick Rothfuss cuenta el por qué de la historia. El cómo se convenció de que sería publicada. Y finalmente, el por qué de escribirla. A veces tenemos unas historias en la cabeza que hasta que no son escritas no podemos continuar con ninguna otra. A MÍ ME PASA, así que todos mis respetos hacia esta singular y extravagante historia sobre Auri y la Subrrealidad (si no te has leído los otros dos, no entenderás ese último término, pero no seré yo quien te hable al respecto).

Por último os dejo un párrafo. Uno cualquiera, pues no hay ninguno más interesante que otro, ni menos. Ni más detallado, ni menos. Ni más extraño, ni menos.

Debería haber tenido más cuidado con el mundo. Ella conocía la naturaleza de las cosas. Sabía que sino pasabas siempre ligero como un pájaro, el mundo se derrumbaba para aplastarte. Como un castillo de naipes. Como una botella contra la piedra. Como una muñeca fuertemente agarrada por una mano con el aliento cálido y con olor a deseo y a vino.

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