martes, 25 de octubre de 2016

TUAREG | Alberto Vázquez-Figueroa

Confieso que el libro lo terminé hace un par de semanas, pero he necesitado todo este tiempo para digerirlo.
Nunca había leído nada de Figueroa hasta ahora, y ha sido porque un compañero de trabajo me lo trajo y me lo recomendó, alegando que era uno de sus escritores favoritos.

Sin duda, no será lo último que lea de él.


Tuareg nos cuenta un periodo de la vida de Gacel Sayahinmouchar amo absoluto de una infinita tuareg del desierto, recalcándose en todo momento que son una raza muy antigua y que está desapareciendo.
extensión del desierto. Conforme avanza la historia vamos conociendo las costumbres y la cultura del protagonista, de los
El personaje de Gacel conocerá a otros personajes que nada tienen que ver con el mundo que él conoce. Ha estado aislado durante veinte años sin contacto con nadie más allá de su gente, así que cuando le dicen que el desierto vuelve a ser de sus habitantes y no de los franceses, se sorprende, pero aún se sorprende más de que los dueños por derecho hayan decidido poner FRONTERAS. Fronteras a su desierto, cuando el desierto es infinito y no tiene límites.

Es una historia con una reflexiones buenísimas sobre el comunismo, fascismo y república.

- Probablemente debería explicarte que ya no somos una colonia, y que, al igual que todo cambió para los tuareg cuando llegaron los franceses, ha vuelto a cambiar ahora que se han ido...
- Si se han ido, lo lógico es que volvamos a nuestras antiguas tradiciones.
- No. No es lo lógico. Estos cien años no han pasado en vano. Han ocurrido muchas cosas... El mundo; todo el mundo se han transformado.
- Aquí nada se ha transformado. El desierto continúa siendo el mismo y lo será durante cien veces, cien años... Nadie ha venido a decirme: toma agua; toma comida o municiones o medicinas, porque los franceses se han ido. No podemos respetar por más tiempo tus costumbres, leyes y tradiciones, que se remontan a los antepasados de tus antepasados, pero a cambio vamos a darte otras mejores, y a conseguir que la vida en el Sáhara sea más fácil; tan fácil, que no necesites ya de esas costumbres...
- Es cierto... Debieron decírtelo, pero somos un país joven que acaba de acceder a la independencia, y necesitaremos años para adaptarlo todo a la nueva situación.
- En ese caso... Mientras no estéis capacitados para adaptarlo todo, lo mejor sería que respetarais lo que ya existe. Es estúpido destruir sin haber construido antes. 

Podría seguir citando párrafos de lógica aplastante como estos, pero entonces el libro perdería toda la gracia.
No sé cómo serán los demás libros de Figueroa, pero como he dicho al empezar, estoy dispuesta a descubrir alguno más, y sin duda este os lo RECOMIENDO.

Tanto al información como la falta de ella, son armas de doble filo. 
Si lo leéis entenderéis lo que digo. 

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